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EL LENGUAJE ORAL EN NIÑOS DE 4 -5 AÑOS
La adquisición del lenguaje en el niño/a empieza en forma
espontánea y continúa durante toda su infancia y no es consecuencia solo del
desarrollo biológico y psicológico, también es aprendizaje cultural relacionado
con el medio de vida de cada niño. El proceso de construcción del lenguaje está
estrechamente ligado a la necesidad de comunicación y a la estimulación del
medio, por esto, resulta indispensable que las escuelas ofrezcan variadas,
auténticas y significativas experiencias comunicativas en diversas situaciones
y con distintos propósitos e interlocutores. La expresión oral es el conjunto
de técnicas que determinan las pautas generales que deben seguirse para
comunicarse oralmente con afectividad, osea es la forma de expresar sin
barreras lo que uno quiere. Para que los niños/as hablen, se expresen libremente,
hay que hacerles sentir que lo que dicen es digno de nuestra atención, que
queremos entender lo que señalan o lo que nos quieren decir. Vygotsky argumenta
que el desarrollo del pensamiento está determinado por el lenguaje, es decir
por las herramientas lingüísticas del pensamiento y la experiencia
socio-cultural. Es necesario recordar que en la edad preescolar el niño está
formando las nociones básicas del lenguaje, es por ello que este nivel
educativo debe proporcionar las experiencias que ayuden al niño a integrar las
estructuras que le permitan descubrir el significado de palabras nuevas, o
significados nuevos o palabras ya conocidas, aprender la penitencia de algunas
actitudes cuando se comunica verbalmente y construir de manera cada vez más completa
y precisa sus mensajes. En la medida que el niño sea capaz de comprender y
utilizar el lenguaje, sus potencialidades de expresión y comunicación serán más
amplias. El lenguaje no se enseña, se forma a partir de situaciones comunes y
significativas, su evolución es resultado de las condiciones espontaneas del
niño con los adultos y los compañeros. El niño/a al adquirir el dominio del
habla desarrolla su pensamiento, esto es previo a todos los aprendizajes, al
acceso a los conocimientos podrá ser entonces activo, inteligente y crítico. La
teoría de Vygotsky se base principalmente en la influencia del medio
sociocultural, en la interacción social, y esta a su vez se convierte en el
motor del desarrollo, se refiere a como el ser humano ya trae consigo un código
genético, la cual está en función del aprendizaje, en el momento que el
individuo interactúa con el medio ambiente, rechaza totalmente los enfoques que
reducen la psicología y el aprendizaje a una simple acumulación de
reflejos o asociados entre estímulos y respuestas.
La adquisición del lenguaje oral, no se da por simple
imitación, sino porque el niño crea su propio lenguaje a través del medio que
lo rodea y de las experiencias vividas y significativas para él. Para Piaget el
lenguaje es un caso particular de la función simbólica y este es posible
gracias a ella. La función simbólica se constituye en el transcurso del segundo
año y esto a su vez consiste en representar algo en ausencia del mismo, dentro
de esta función simbólica se encuentran cuatro conductas.
· Imitación
directa
· Juago
simbólico
· El
dibujo
· La
imagen mental
El primer lenguaje del niño es resultado de su contexto,
su lenguaje está bajo el control del medio ambiental. Todo lenguaje que
utilizan los adultos entorno al niño es del cual él va aprender, la forma en
que le hablen, el significado que le den, las palabras que utilicen,
servirá para que el mismo niño vaya asimilando y desarrollando su lenguaje,
Piaget considera que toda adquisición cognoscitiva incluido el lenguaje es
producto de una construcción progresiva a partir de formas evolutivas.
“La función simbólica se establece con la representación
previa al lenguaje que nace de la unión de “significantes” que permiten evocar
objetos ausentes relacionándolos con los elementos presentes. Esta conexión
entre significado y significante es lo característico de la función simbólica,
el símbolo se basa en el simple parecido entre el objeto presente que juega el
papel de “significante” y el objeto ausente “significado” lo cual implica una
representación: una situación no dada es avocada mentalmente y no solo
anticipada como un todo en función de alguna de sus partes” (Piaget, 1992, 137)
Tomando en cuenta los aportes de diferentes
investigadores como Lenneberg, 1967; Brown y Frazer, 1964; Bateson, 1975;
Stampe e Ingram, 1976; Einsenson, 1979; Bruner, 1976 y muchos otros, el
desarrollo del lenguaje se divide en dos etapas que son:
Etapas
• Etapa Pre-lingüística
• Etapa Lingüística
Cada una de estas etapas va marcando el surgimiento de
nuevas propiedades y cualidades fonéticas, sintácticas y semánticas a medida
que el niño crece, tal como describiremos a continuación.
1. Etapa pre-lingüística
Denominada también como la etapa preverbal, comprende los
primeros 10 a 12 meses de edad. Se caracteriza por la expresión buco-fonatoria,
otros la consideran como la etapa del nivel fónico puro, debido a que el
infante emite sólo sonidos onomatopéyicos.
Durante esta etapa, que abarca el primer año de vida, la
comunicación que establece el niño con su medio (familia), especialmente con su
madre, es de tipo afectivo y gestual.
Esta etapa comprende, a su vez, sub-etapas con
características particulares que van de acuerdo con la secuencia cronológica
del desarrollo integral del niño:
a) Del nacimiento al mes y dos meses de edad
Desde que nace hasta el final, del primer mes, la única
expresión que se oye del bebé es el llanto, que es su primera manifestación,
con el llanto, el bebé pone en funcionamiento el aparato fonador, permitiéndole
también la necesaria oxigenación de la sangre y el establecimiento de la
respiración normal. Al inicio del segundo mes, el llanto ya no es una
manifestación porque el tono del sonido cambia con el contenido afectivo del
dolor, el hambre u otra molestia; es decir, la variación de la tonalidad está
relacionada con el estado de bienestar o malestar del bebé.
b) De tres a cuatro meses de edad
Al inicio del tercer mes el bebé produce sonidos
guturales y vocálicos que duran de 15 a 20 segundos. Responde a sonidos humanos
mediante la sonrisa y, a veces, con arrullo o murmullo. A los tres meses
aparece el balbuceo o lalación, que consiste en la emisión de sonidos mediante
redoblamiento de sílabas como "ma...ma", "ta...ta" y otras.
De esa forma el niño va progresando y aumentando sus
vocalizaciones, las mismas que ya son cercanas a la palabra y, como tal, van
cargadas de intención comunicativa con la madre. Estos variados sonidos vocales
y fonaciones próximas a la palabra que el niño dirige a la madre, deben ser
atendidos, entendidos, interpretados y contestados por ella de manera
reiterativa, estimulando y propiciando así su desarrollo lingüístico.
c) De cinco a seis meses de edad
El balbuceo o primer intento de comunicación que apareció
alrededor de los tres meses de edad, se extiende hasta el octavo o noveno mes,
progresando en el quinto y sexto mes hacia aquello que se denomina
"imitación de sonidos". De esta manera el niño al sexto mes suele
emitir los primeros elementos vocálicos y consonánticos, siendo un progreso
importante con respecto a los gritos y distintos sonidos, posteriormente, a
medida que el niño progresa, poco a poco irá sustituyendo la comunicación
gestual por el lenguaje verbal.
Aquí conviene enfatizar la máxima importancia que tiene
el lenguaje materno dirigido al niño durante la mitad del primer año de vida,
en el que no solamente conviene aumentar las vocalizaciones, gestos, sonrisas y
demás expresiones en el seno del hogar, sino que además la comunicación verbal
debe ser algo habitual entre los adultos y el niño.
d) De los siete a los ocho meses de edad
Hasta los 6 ó 7 meses el niño se encuentra pendiente del
adulto, pero el mismo niño que inició el contacto con el adulto mediante
señales (gestos), cambia notablemente a partir de los 7 u 8 meses debido al
desarrollo de sus habilidades motoras y posturales.
En esta edad el niño realiza múltiples vocalizaciones
espontáneas, tanto vocálicas como consonánticas y hasta sílabas y diptongos.
Estas vocalizaciones próximas a la palabra, son las que conducirán pronto al
niño a emitir sus primeras palabras. Aquí las vocalizaciones alternantes entre
la madre y niño, permitirán el acceso temprano al lenguaje.
e) De los nueve a los diez meses de edad
En esta subetapa puede que el niño empiece realmente a
decir palabras cortas, pero normalmente esto no es más que la repetición de lo
que dicen los demás, pues es todavía imitación.
El niño muestra especial interés por imitar gestos y
sonidos y por comunicarse, lo cual le induce a aprender rápidamente el
lenguaje. Esto hace que se entregue a repeticiones espontáneas que suelen ser
reforzadas por los padres, quienes también imitan y repiten varias veces con
él. Estos hechos hacen que sus vocalizaciones sean mucho más variadas, contando
en su repertorio con tres a cinco palabras articuladas.
f) De los once a doce meses de edad
El niño de 11 meses cuenta en su repertorio lingüístico
con más de cinco palabras. En esta edad el niño emplea idénticas palabras que
el adulto, pero no les atribuye el mismo significado.
El niño de esta edad (un año) suele ocupar el centro de
la atención de la familia, cuyas acciones, gracias y ocurrencias suelen ser
festejadas y aplaudidas, reforzando la conducta, que tenderá a repetir una y
otra vez. Esto es bueno porque ayuda al niño a sentir y vivir su propia
identidad. Además, el intercambio gestual mímico y verbal de sus comunicaciones
con el adulto, acompañado de la conducta de "dar y tomar", permite el
desarrollo mayor del lenguaje.
2. Etapa lingüística
Este período se inicia con la expresión de la primera
palabra, a la que se le otorga una legítima importancia como el primer anuncio
del lenguaje cargado de un propósito de comunicación.
Dentro del período lingüístico se consideran las
siguientes sub-etapas:
a) De los doce a los catorce meses de edad
A esta edad el niño comienza con el desarrollo lexical,
contando en su repertorio lingüístico 3 a 5 palabras (mamá, papá, tata, caca,
etc.). Empieza también a utilizar las formas fonéticamente convencionales de la
comunidad lingüística; sin embargo, aunque el niño de un año emplea idénticas
palabras que el adulto, todavía no le atribuye el mismo significado a las
cosas, debido precisamente a su escaso vocabulario.
Entre los 13 y 14 meses, el niño inicia la conocida etapa
"holofrástica" (palabra-frase), en la que emite frases de una sola
palabra o elementos con varios significados. Por ejemplo, la palabra
"abe" (abrir) lo utiliza para expresar diferentes acciones:
Abre: Abre la puerta
Abre: Pela la naranja
Abre: Pon a un lado las cosas para jugar
b) De los quince a los dieciocho meses de edad
A los 15 ó 16 meses el niño se encuentra en plena etapa
holofrástica (palabra-frase). Dentro de su repertorio léxico cuenta con 5 a 15
ó 20 palabras, y cada vez demostrará mayor incremento en su vocabulario por
medio de las inflexiones de su voz al querer identificar algo.
Desde los 16 ó 17 meses hasta los dos años de edad, hará
cada vez más frecuentemente el uso de combinaciones espontáneas de varias
palabras y frases, incrementando el caudal de palabras en su expresión.
c) De los dieciocho a veinticuatro meses de edad
Entre los 18 y 24 meses, la mayoría de los niños cuentan
con un vocabulario mayor a 50 palabras, pasando a combinar 2 a 3 palabras en
una frase, dándose inicio al habla "sintáctica"; es decir, el niño
comienza a articular palabras en frases y oraciones simples.
En sus expresiones verbales utilizan sustantivos
(nombres), verbos (acciones) y calificadores (adjetivos y adverbios).
d) De los dos a los tres años de edad
A los tres años se produce un incremento rápido del
vocabulario, incremento que es mucho mayor que lo que ocurrirá posteriormente,
llegando a tener un promedio de 896 palabras y a los tres años y medio 1222
palabras (Smith, 1980). El niño en sus expresiones verbales ya emplea verbos
auxiliares "haber" y "ser" y da cierta prevalencia al
artículo determinado. En el curso de esta edad comienza a utilizar las
proposiciones y el niño ya tiene un lenguaje comprensible, incluso para personas
ajenas a la familia, manifestando un dominio de la mayor parte de la gramática
de su lengua materna (sintaxis), por lo que los especialistas suelen
denominarlo como el período de la "competencia sintáctica".
e) De cuatro a los cinco años de edad
A los cuatro años de edad el niño domina virtualmente la
gramática, pero comienza a expresarse de acuerdo a un estilo "retórico
propio", tal como Einsenson señala.
El niño empieza a utilizar los pronombre en el siguiente
orden: Yo, Tú, Él, Ella, Nosotros-as, Ustedes; contando con un vocabulario de
1,500 palabras y a los cinco años, 2,300 palabras aproximadamente.
Entre los 4 ó 5 años, el niño suele estar ya capacitado
para responder a preguntas de comprensión referentes al comportamiento social
aprendido, dado que su lenguaje ya se extiende más allá de lo inmediato. Esto
se debe a la capacidad simbólica del niño y, como tal, puede evocar y
representarse mentalmente las cosas, acciones y situaciones, trascendiendo la
realidad y el presente.
Esa capacidad y la necesidad de comunicarse, hacen
posible un mayor y rápido desarrollo del lenguaje infantil, facilitando también
el desarrollo de la inteligencia.
f) De los seis a los siete años de edad
A esta edad se inicia la etapa escolar, en la cual el
niño manifiesta una madurez neuropsicológica para el aprendizaje y un lenguaje
cada vez más abstracto.
Debido al "dominio" del lenguaje el niño puede
percibir distintas unidades lingüísticas dentro de una lectura o discurso,
percibiéndolo como un todo.
El niño supera también el período egocéntrico y su
pensamiento se torna lógico-concreto. Ahora es capaz de tomar en cuenta los
comentarios y críticas de los demás con respecto a su persona, lo cual no
ocurría en edades anteriores. Esta capacidad de descentración hace que el niño
tome conciencia de sí mismo, asumiendo un autoconcepto y una autoimagen
adecuada o inadecuada, lo que influirá en su adaptación y desarrollo de
personalidad.
Éste es el proceso de desarrollo del lenguaje verbal que
se da en los niños normales, tal como la psicología evolutiva, la
psicolingüística y otras lo describen.
En dicho proceso intervienen muchos factores, todos ellos
estrechamente ligados al desarrollo integral del niño.
Cabe señalar que el desarrollo de la expresión verbal
suele ser posterior a la comprensión del lenguaje; es decir, el desarrollo de
la capacidad de comprensión se anticipa al de la expresión verbal.
Vease tambien: Desarrollo del lenguaje oral
BUEN TEMA
ResponderEliminarGracias compañera
Eliminarel desarrollo del lenguaje oral es la etapa mas importante para los niños... interesante su tema
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