EL LENGUAJE

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miércoles, 10 de febrero de 2016

EL DESARROLLO DEL LENGUAJE DEL NIÑO DE 4 - 5 AÑOS



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EL LENGUAJE ORAL EN NIÑOS DE 4 -5 AÑOS 







La adquisición del lenguaje en el niño/a empieza en forma espontánea y continúa durante toda su infancia y no es consecuencia solo del desarrollo biológico y psicológico, también es aprendizaje cultural relacionado con el medio de vida de cada niño. El proceso de construcción del lenguaje está estrechamente ligado a la necesidad de comunicación y a la estimulación del medio, por esto, resulta indispensable que las escuelas ofrezcan variadas, auténticas y significativas experiencias comunicativas en diversas situaciones y con distintos propósitos e interlocutores. La expresión oral es el conjunto de técnicas que determinan las pautas generales que deben seguirse para comunicarse oralmente con afectividad, osea es la forma de expresar sin barreras lo que uno quiere. Para que los niños/as hablen, se expresen libremente, hay que hacerles sentir que lo que dicen es digno de nuestra atención, que queremos entender lo que señalan o lo que nos quieren decir. Vygotsky argumenta que el desarrollo del pensamiento está determinado por el lenguaje, es decir por las herramientas lingüísticas del pensamiento y la experiencia socio-cultural. Es necesario recordar que en la edad preescolar el niño está formando las nociones básicas del lenguaje, es  por ello que este nivel educativo debe proporcionar las experiencias que ayuden al niño a integrar las estructuras que le permitan descubrir el significado de palabras nuevas, o significados nuevos o palabras ya conocidas, aprender la penitencia de algunas actitudes cuando se comunica verbalmente y construir de manera cada vez más completa y precisa sus mensajes. En la medida que el niño sea capaz de comprender y utilizar el lenguaje, sus potencialidades de expresión y comunicación serán más amplias. El lenguaje no se enseña, se forma a partir de situaciones comunes y significativas, su evolución es resultado de las condiciones espontaneas del niño con los adultos y los compañeros. El niño/a al adquirir el dominio del habla desarrolla su pensamiento, esto es previo a todos los aprendizajes, al acceso a los conocimientos podrá ser entonces activo, inteligente y crítico. La teoría de Vygotsky se base principalmente en la influencia del medio sociocultural, en la interacción social, y esta a su vez se convierte en el motor del desarrollo, se refiere a como el ser humano ya trae consigo un código genético, la cual está  en función del aprendizaje, en el momento que el individuo interactúa con el medio ambiente, rechaza totalmente los enfoques que reducen la psicología y el  aprendizaje a una simple acumulación de reflejos o asociados entre estímulos y respuestas.
La adquisición del lenguaje oral, no se da por simple imitación, sino porque el niño crea su propio lenguaje a través del medio que lo rodea y de las experiencias vividas y significativas para él. Para Piaget el lenguaje es un caso particular de la función simbólica y este es posible gracias a ella. La función simbólica se constituye en el transcurso del segundo año y esto a su vez consiste en representar algo en ausencia del mismo, dentro de esta función simbólica se encuentran cuatro conductas.
·         Imitación directa
·         Juago simbólico
·         El dibujo
·         La imagen mental

El primer lenguaje del niño es resultado de su contexto, su lenguaje está bajo el control del medio ambiental. Todo lenguaje que utilizan los adultos entorno al niño es del cual él va aprender, la forma en que le hablen, el significado  que le den, las palabras que utilicen, servirá para que el mismo niño vaya asimilando y desarrollando su lenguaje, Piaget considera que toda adquisición cognoscitiva incluido el lenguaje es producto de una construcción progresiva a partir de formas evolutivas.
“La función simbólica se establece con la representación previa al lenguaje que nace de la unión de “significantes” que permiten evocar objetos ausentes relacionándolos con los elementos presentes. Esta conexión entre significado y significante es lo característico de la función simbólica, el símbolo se basa en el simple parecido entre el objeto presente que juega el papel de “significante” y el objeto ausente “significado” lo cual implica una representación: una situación no dada es avocada mentalmente y no solo anticipada como un todo en función de alguna de sus partes” (Piaget, 1992, 137)
Tomando en cuenta los aportes de diferentes investigadores como Lenneberg, 1967; Brown y Frazer, 1964; Bateson, 1975; Stampe e Ingram, 1976; Einsenson, 1979; Bruner, 1976 y muchos otros, el desarrollo del lenguaje se divide en dos etapas que son:
Etapas
• Etapa Pre-lingüística
• Etapa Lingüística
Cada una de estas etapas va marcando el surgimiento de nuevas propiedades y cualidades fonéticas, sintácticas y semánticas a medida que el niño crece, tal como describiremos a continuación.
1. Etapa pre-lingüística
Denominada también como la etapa preverbal, comprende los primeros 10 a 12 meses de edad. Se caracteriza por la expresión buco-fonatoria, otros la consideran como la etapa del nivel fónico puro, debido a que el infante emite sólo sonidos onomatopéyicos.
Durante esta etapa, que abarca el primer año de vida, la comunicación que establece el niño con su medio (familia), especialmente con su madre, es de tipo afectivo y gestual.
Esta etapa comprende, a su vez, sub-etapas con características particulares que van de acuerdo con la secuencia cronológica del desarrollo integral del niño:
a) Del nacimiento al mes y dos meses de edad
Desde que nace hasta el final, del primer mes, la única expresión que se oye del bebé es el llanto, que es su primera manifestación, con el llanto, el bebé pone en funcionamiento el aparato fonador, permitiéndole también la necesaria oxigenación de la sangre y el establecimiento de la respiración normal. Al inicio del segundo mes, el llanto ya no es una manifestación porque el tono del sonido cambia con el contenido afectivo del dolor, el hambre u otra molestia; es decir, la variación de la tonalidad está relacionada con el estado de bienestar o malestar del bebé.

b) De tres a cuatro meses de edad
Al inicio del tercer mes el bebé produce sonidos guturales y vocálicos que duran de 15 a 20 segundos. Responde a sonidos humanos mediante la sonrisa y, a veces, con arrullo o murmullo. A los tres meses aparece el balbuceo o lalación, que consiste en la emisión de sonidos mediante redoblamiento de sílabas como "ma...ma", "ta...ta" y otras.
De esa forma el niño va progresando y aumentando sus vocalizaciones, las mismas que ya son cercanas a la palabra y, como tal, van cargadas de intención comunicativa con la madre. Estos variados sonidos vocales y fonaciones próximas a la palabra que el niño dirige a la madre, deben ser atendidos, entendidos, interpretados y contestados por ella de manera reiterativa, estimulando y propiciando así su desarrollo lingüístico.
c) De cinco a seis meses de edad
El balbuceo o primer intento de comunicación que apareció alrededor de los tres meses de edad, se extiende hasta el octavo o noveno mes, progresando en el quinto y sexto mes hacia aquello que se denomina "imitación de sonidos". De esta manera el niño al sexto mes suele emitir los primeros elementos vocálicos y consonánticos, siendo un progreso importante con respecto a los gritos y distintos sonidos, posteriormente, a medida que el niño progresa, poco a poco irá sustituyendo la comunicación gestual por el lenguaje verbal.
Aquí conviene enfatizar la máxima importancia que tiene el lenguaje materno dirigido al niño durante la mitad del primer año de vida, en el que no solamente conviene aumentar las vocalizaciones, gestos, sonrisas y demás expresiones en el seno del hogar, sino que además la comunicación verbal debe ser algo habitual entre los adultos y el niño.
d) De los siete a los ocho meses de edad
Hasta los 6 ó 7 meses el niño se encuentra pendiente del adulto, pero el mismo niño que inició el contacto con el adulto mediante señales (gestos), cambia notablemente a partir de los 7 u 8 meses debido al desarrollo de sus habilidades motoras y posturales.
En esta edad el niño realiza múltiples vocalizaciones espontáneas, tanto vocálicas como consonánticas y hasta sílabas y diptongos. Estas vocalizaciones próximas a la palabra, son las que conducirán pronto al niño a emitir sus primeras palabras. Aquí las vocalizaciones alternantes entre la madre y niño, permitirán el acceso temprano al lenguaje.
e) De los nueve a los diez meses de edad
En esta subetapa puede que el niño empiece realmente a decir palabras cortas, pero normalmente esto no es más que la repetición de lo que dicen los demás, pues es todavía imitación.
El niño muestra especial interés por imitar gestos y sonidos y por comunicarse, lo cual le induce a aprender rápidamente el lenguaje. Esto hace que se entregue a repeticiones espontáneas que suelen ser reforzadas por los padres, quienes también imitan y repiten varias veces con él. Estos hechos hacen que sus vocalizaciones sean mucho más variadas, contando en su repertorio con tres a cinco palabras articuladas.
f) De los once a doce meses de edad
El niño de 11 meses cuenta en su repertorio lingüístico con más de cinco palabras. En esta edad el niño emplea idénticas palabras que el adulto, pero no les atribuye el mismo significado.
El niño de esta edad (un año) suele ocupar el centro de la atención de la familia, cuyas acciones, gracias y ocurrencias suelen ser festejadas y aplaudidas, reforzando la conducta, que tenderá a repetir una y otra vez. Esto es bueno porque ayuda al niño a sentir y vivir su propia identidad. Además, el intercambio gestual mímico y verbal de sus comunicaciones con el adulto, acompañado de la conducta de "dar y tomar", permite el desarrollo mayor del lenguaje.
2. Etapa lingüística
Este período se inicia con la expresión de la primera palabra, a la que se le otorga una legítima importancia como el primer anuncio del lenguaje cargado de un propósito de comunicación.
Dentro del período lingüístico se consideran las siguientes sub-etapas:
a) De los doce a los catorce meses de edad
A esta edad el niño comienza con el desarrollo lexical, contando en su repertorio lingüístico 3 a 5 palabras (mamá, papá, tata, caca, etc.). Empieza también a utilizar las formas fonéticamente convencionales de la comunidad lingüística; sin embargo, aunque el niño de un año emplea idénticas palabras que el adulto, todavía no le atribuye el mismo significado a las cosas, debido precisamente a su escaso vocabulario.
Entre los 13 y 14 meses, el niño inicia la conocida etapa "holofrástica" (palabra-frase), en la que emite frases de una sola palabra o elementos con varios significados. Por ejemplo, la palabra "abe" (abrir) lo utiliza para expresar diferentes acciones:
Abre: Abre la puerta
Abre: Pela la naranja
Abre: Pon a un lado las cosas para jugar
b) De los quince a los dieciocho meses de edad
A los 15 ó 16 meses el niño se encuentra en plena etapa holofrástica (palabra-frase). Dentro de su repertorio léxico cuenta con 5 a 15 ó 20 palabras, y cada vez demostrará mayor incremento en su vocabulario por medio de las inflexiones de su voz al querer identificar algo.
Desde los 16 ó 17 meses hasta los dos años de edad, hará cada vez más frecuentemente el uso de combinaciones espontáneas de varias palabras y frases, incrementando el caudal de palabras en su expresión.
c) De los dieciocho a veinticuatro meses de edad
Entre los 18 y 24 meses, la mayoría de los niños cuentan con un vocabulario mayor a 50 palabras, pasando a combinar 2 a 3 palabras en una frase, dándose inicio al habla "sintáctica"; es decir, el niño comienza a articular palabras en frases y oraciones simples.
En sus expresiones verbales utilizan sustantivos (nombres), verbos (acciones) y calificadores (adjetivos y adverbios).
d) De los dos a los tres años de edad
A los tres años se produce un incremento rápido del vocabulario, incremento que es mucho mayor que lo que ocurrirá posteriormente, llegando a tener un promedio de 896 palabras y a los tres años y medio 1222 palabras (Smith, 1980). El niño en sus expresiones verbales ya emplea verbos auxiliares "haber" y "ser" y da cierta prevalencia al artículo determinado. En el curso de esta edad comienza a utilizar las proposiciones y el niño ya tiene un lenguaje comprensible, incluso para personas ajenas a la familia, manifestando un dominio de la mayor parte de la gramática de su lengua materna (sintaxis), por lo que los especialistas suelen denominarlo como el período de la "competencia sintáctica".
e) De cuatro a los cinco años de edad
A los cuatro años de edad el niño domina virtualmente la gramática, pero comienza a expresarse de acuerdo a un estilo "retórico propio", tal como Einsenson señala.
El niño empieza a utilizar los pronombre en el siguiente orden: Yo, Tú, Él, Ella, Nosotros-as, Ustedes; contando con un vocabulario de 1,500 palabras y a los cinco años, 2,300 palabras aproximadamente.
Entre los 4 ó 5 años, el niño suele estar ya capacitado para responder a preguntas de comprensión referentes al comportamiento social aprendido, dado que su lenguaje ya se extiende más allá de lo inmediato. Esto se debe a la capacidad simbólica del niño y, como tal, puede evocar y representarse mentalmente las cosas, acciones y situaciones, trascendiendo la realidad y el presente.
Esa capacidad y la necesidad de comunicarse, hacen posible un mayor y rápido desarrollo del lenguaje infantil, facilitando también el desarrollo de la inteligencia.


f) De los seis a los siete años de edad
A esta edad se inicia la etapa escolar, en la cual el niño manifiesta una madurez neuropsicológica para el aprendizaje y un lenguaje cada vez más abstracto.
Debido al "dominio" del lenguaje el niño puede percibir distintas unidades lingüísticas dentro de una lectura o discurso, percibiéndolo como un todo.
El niño supera también el período egocéntrico y su pensamiento se torna lógico-concreto. Ahora es capaz de tomar en cuenta los comentarios y críticas de los demás con respecto a su persona, lo cual no ocurría en edades anteriores. Esta capacidad de descentración hace que el niño tome conciencia de sí mismo, asumiendo un autoconcepto y una autoimagen adecuada o inadecuada, lo que influirá en su adaptación y desarrollo de personalidad.
Éste es el proceso de desarrollo del lenguaje verbal que se da en los niños normales, tal como la psicología evolutiva, la psicolingüística y otras lo describen.
En dicho proceso intervienen muchos factores, todos ellos estrechamente ligados al desarrollo integral del niño.


Cabe señalar que el desarrollo de la expresión verbal suele ser posterior a la comprensión del lenguaje; es decir, el desarrollo de la capacidad de comprensión se anticipa al de la expresión verbal.


Vease tambien: Desarrollo del lenguaje oral



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